El vino se almacena en las bodegas porque es más fresco y oscuro que la cocina. Además, no está sujeto a las fluctuaciones de temperatura, por lo que el nivel de alcohol no variará tanto. Además, si la bodega está bien cerrada, debería entrar muy poco aire. Eso significa que no hay oxidación ni evaporación.
En la cocina hay todo tipo de cosas que pueden afectar al sabor del vino: compuestos orgánicos volátiles (COV), cloro del agua del grifo, productos químicos de limpieza del lavavajillas o de las propias paredes si las has pintado con algo que no sea vinagre o zumo de limón. Los ambientadores también pueden afectar al sabor del vino. Lo mismo ocurre con la mayoría de los vinos que se venden en los supermercados: Están hechos para ser consumidos inmediatamente después de abrirlos, no para ser conservados durante mucho tiempo (o, al menos, no lo suficiente como para que alguien pueda notarlo).
Entonces… ¿Es mejor el vino almacenado en una bodega que el agua filtrada? Sí. Pero sólo si se embotella correctamente y se mantiene bien cerrado. Si se abre demasiado pronto o se expone a demasiado oxígeno (lo que puede ocurrir cuando alguien abre una botella sacando el sacacorchos), entonces no.
Si quieres sacar el máximo partido a tu vino o cerveza, tienes que utilizar el mejor agua posible. Lo mismo ocurre con el café, el té y los refrescos.
El agua adecuada marcará la diferencia en cuanto a sabor y calidad.
Filtros de agua para el vino y la cerveza
Muchas personas se sorprenderían al saber que no tienen la mejor agua para beber en sus casas. Es cierto. El agua suele estar tratada con cloro, flúor u otros productos químicos que pueden afectar al sabor de cualquier bebida elaborada con ella.
Lo mismo ocurre con el vino y la cerveza; aunque estas bebidas se elaboran a partir de uvas o granos fermentados (que contienen sus propios sabores), siguen necesitando buena agua para su elaboración.
Bebe más agua.
El agua es la mejor bebida para tu cuerpo. Te mantiene hidratado y te ayuda a eliminar las toxinas. También ayuda a regular la temperatura corporal y es necesaria para transportar los nutrientes a las células.
Prueba a añadir zumo de limón o de lima al agua para darle más sabor o bébela caliente como alternativa al té o al café en los meses de invierno.