El caso de la Ley 48 de Egipto sobre reutilización y descarga de aguas residuales
Egipto, alguna vez reverenciado como el “regalo del Nilo”, ha dependido tanto del río como la principal fuente de agua dulce para las ciudades, la industria y la agricultura, que el país se acerca a una “crisis absoluta del agua” para 2025, según las Naciones Unidas. Como país en desarrollo ubicado en la región árida de Medio Oriente y África del Norte (MENA), la proporción de agua dulce per cápita se reduce cada año como resultado del aumento continuo de la población sin un aumento correspondiente en la proporción de agua dulce del país.
La figura 1 muestra el aumento de la población frente a la disminución de la participación per cápita de los recursos hídricos. Gráfico desarrollado a partir de la base de datos Aquastat.
Los reguladores y formuladores de políticas egipcios se dieron cuenta de la urgente necesidad de proteger la calidad de los valiosos y escasos recursos hídricos de Egipto y comenzaron a aplicar normas y reglamentos estrictos. Una de ellas es la Ley 48, que establece un estándar estricto de calidad del agua para la reutilización y descarga de aguas residuales tratadas en cuerpos de agua (por ejemplo, drenajes y canales), lo que dificulta y encarece el cumplimiento total. Solo para poner la escala del desafío en perspectiva, los estándares aplicados son aún más estrictos que los aplicados por la UE (como se explica en la tabla a continuación), donde la disponibilidad de agua y las capacidades para garantizar un alto nivel de tratamiento de aguas residuales son mayores.
La Tabla 1 compara los estándares de efluentes en la ley 48 de Egipto con los estándares de la UE (Reymond et al., 2014) [2]
Como muestra la Figura 3, a pesar de la ambición de la ley, solo un pequeño porcentaje de las aguas residuales generadas se trata y reutiliza cada año. Estos estrictos estándares, en cambio, han desalentado muchos proyectos e iniciativas de reutilización de aguas residuales propuestos por personas locales y extranjeras, así como por institutos. También ha dado lugar a elusiones de la ley y al incumplimiento por parte de los usuarios, lo que abre la puerta a la reutilización informal (no regulada) de aguas residuales no tratadas en el riego, especialmente durante las temporadas en que los canales de riego están secos. La respuesta típica de los agricultores es «¿Qué más podemos hacer?»
El uso informal de aguas residuales no tratadas para fines de riego en Egipto tiene graves impactos en la salud de la población. La Organización Mundial de la Salud (2014b) ha estimado que más de 800 000 muertes en países de ingresos bajos y medianos han sido causadas por enfermedades relacionadas con el saneamiento y las aguas residuales, ya sea por el uso informal de aguas residuales sin tratar para la producción de alimentos, agua potable contaminada o prácticas higiénicas inadecuadas. Tal situación afecta los esfuerzos del país para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); particularmente el ODS 3 (Buena Salud y Bienestar) y el ODS 6 (Agua Limpia y Saneamiento).
El poco éxito de la Ley 48 en la protección del Nilo y sus vías fluviales de la degradación no debería impedir que Egipto, un país con una fuerte escasez de agua, aproveche el papel potencial de la reutilización de aguas residuales tratadas como fuente alternativa de suministro de agua. Aproximadamente el 99% de las aguas residuales es agua y el 1% son sólidos suspendidos, coloidales y disueltos. [1]. Además, las aguas residuales son ricas en recursos valiosos como fósforo, nitrógeno y potasio, que son vitales para la producción agrícola y la prevención de la degradación del suelo (Mihelcic et al., 2011). En consecuencia, las aguas residuales se han considerado un recurso renovable, ya que es la única fuente de agua que está aumentando casi al mismo ritmo que el crecimiento de la población.
Para que esto sea efectivo y factible en el terreno, es necesario un enfoque participativo que involucre a todas las partes interesadas. “La Carta de Lisboa, que orienta la política pública y la regulación de los servicios de abastecimiento de agua potable, saneamiento y gestión de aguas residuales” es un marco internacional de buenas prácticas que brinda orientación sobre cómo garantizar que las normas y reglamentos se establezcan a través de acciones colectivas de partes interesadas interdependientes. Cuando se habla de la prestación eficaz de servicios, la Carta establece:
Teniendo en cuenta la diversidad de actores y partes interesadas, deben quedar claras las responsabilidades de los principales actores en relación con los gobiernos y la administración pública, las autoridades reguladoras, los proveedores de servicios y los usuarios. Estas responsabilidades deben, colectivamente, garantizar que las obligaciones relativas a la prestación de los Servicios se cumplan de manera equitativa y no discriminatoria.
Egipto tiene ahora la oportunidad de hacerlo bien. La importancia de incorporar las aguas residuales tratadas como recurso se refleja en la propuesta Visión nacional egipcia para la reutilización de aguas residuales 2030donde el gobierno egipcio planea reducir el número de personas desatendidas con un aumento en el número de plantas de tratamiento de aguas residuales y reutilizar las aguas residuales tratadas, principalmente para riego, dentro de las gobernaciones del frente del desierto y las gobernaciones del delta del Nilo.
Dicha visión debe estar dentro de un marco que garantice la participación colectiva de diferentes partes interesadas en diferentes niveles de acción (ciudad, cuenca, servicios públicos) donde todas las partes interesadas tengan un papel claro que desempeñar y comprendan sus propias responsabilidades para reponer los recursos hídricos. Si bien es solo una visión hasta el momento, refleja la voluntad de mejorar el sector del agua en el país y que el futuro no solo está lleno de desafíos, sino que también hay posibles caminos a seguir.[3]
[1] ONU-Agua, 2015a en ONU-Agua, 2017
[2] Reymond et al. (2014) en ESRISS: Investigación egipcio-suiza sobre innovaciones en saneamiento sostenible
[3]Dicho marco se refleja en los principios de la IWA para el agua: ciudades inteligentes.